En proverbios también encontramos algo respecto a que el amor cubre multitud de pecados, pues la escritura dice: "El odio despierta rencillas; pero el amor cubrirá todas las faltas" (Proverbios 10:12)
Hay que tener presente siempre que no es el amor de una persona la que puede borrar el pecado de otra, sino que el único amor que puede cubrir el pecado es el amor de nuestro salvador Jesucristo.
Recordemos que fue este amor de Jesucristo, lo que lo llevó a la cruz, lugar donde fue derramada su sangre más preciosa que el oro para el perdón de los pecados (Mateo 26:28; Juan 3:16; Hechos 3:18-19; Apocalipsis 7:14)
Muchas veces tenemos una mala actitud cuando nos encontramos en relaciones cristianas difíciles, cuestionamos la actitud de los demás e incluso empezamos a divulgarlas. Esto puede provocar que nos llenemos de resentimientos, las raíces de amarguras pueden crecen en nuestra vida.
Una vez más podemos decir que por estas razones necesitamos tener ese amor hacia nuestros hermanos porque el amor cubre multitud de pecados.
Un amor que está dispuesto a pasarlas por elevado, un amor como el que Dios tiene por nosotros mismos. Un amor que cubre muchedumbre de pecados.
Un amor que cubre pecados y un miedo que no es de temer
En esta situación una vez que se habla de un amor que cubre muchedumbre de pecados no hablamos de encubrirlos, sino de que, pese a nuestros propios errores, amemos. Si logramos otorgar el perdón de dicha forma, adorar de dicha manera, estaremos más cercanos al que debería ser nuestro objetivo: parecernos todos los días más a Jesús.
Un amor esforzado
Por esa razón mencionamos que necesita de dedicación, de esfuerzo, de proponernos adorar fervientemente.
Y nos cuesta ya que además somos imperfectos, sin embargo esforcémonos en lograrlo y satisfacer a Dios intentando encontrar tener aquel tipo de amor.
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