Hay momentos en la vida donde el alma siente que ya no puede más. Lugares donde fuiste herido, traicionado, abandonado o marcado por noticias que te robaron la paz. Pero escucha esto con el corazón: Dios no permite que te duela para dejarte ahí; Él te sana para llevarte más lejos.
Hay temporadas donde parece que la vida se detuvo, donde te quedas mirando el punto exacto donde perdiste algo o alguien, y el enemigo quiere que pienses que ese es tu final. Pero Dios dice: “No te vas a quedar donde te dolió.”
Porque donde tú ves ruinas, Dios ve reconstrucción.
Donde tú ves lágrimas, Dios ve semillas.
Donde tú ves final, Dios ve un nuevo comienzo.
La aflicción no es el lugar donde te quedarás; es el lugar desde donde Dios te levantará para mostrarte Su gloria.
Hay heridas que Dios convierte en plataformas.
Hay caídas que Dios transforma en testimonios.
Hay pérdidas que Dios usa para impulsarte a tu destino.
Quizás hoy estás cansado, frustrado o sin entender el proceso. Pero Dios te dice:
“Yo sigo siendo tu Dios. Yo sigo siendo tu fuerza. Yo sigo siendo tu refugio.”
Aunque tu corazón esté quebrado, Dios está recogiendo cada pieza.
Aunque tus fuerzas estén al límite, Dios te sostiene con Su mano derecha.
Aunque no sepas cómo seguir, Dios ya preparó el camino que tus pasos aún no conocen.
No te vas a quedar donde te dolió.
Porque lo que viene será mayor que lo que se fue.
Porque Dios está contigo aunque tú no lo sientas.
Porque Su plan es perfecto, aun cuando tu vida está rota.
Prepárate:
Dios te va a sacar de ese valle, te va a levantar con nuevas fuerzas y te va a llevar a un lugar donde tu dolor se convertirá en testimonio de Su poder.







Publicar un comentario