Isaías 48:18-19
¡Oh, si hubieras atendido a mis mandamientos! Fuera entonces tu paz como un río, y tu justicia como las ondas del mar. Fuera como la arena tu descendencia, y los renuevos de tus entrañas como los granos de arena; nunca su nombre sería cortado, ni raído de mi presencia.
INTRODUCCIÓN
Pero, lo reconozcamos o no, lo cierto es que todos tenemos un vacío dentro nuestro que no nos permite sentirnos completos, plenos, satisfechos. Y en especial en esta época de Navidad es cuando ese vacío se hace más real, más doloroso y más difícil de obviar, por lo que tratamos de llenarlo con lo primero que tenemos a mano: relaciones equivocadas, alcohol, drogas, comida, pastillas, en fin, lo que sea que tengamos a nuestro alcance.
¿Has prestado atención al tiempo que dedican los cirujanos y enfermeras a lavarse y desinfectarse las manos y brazos antes de entrar a un quirófano? Cuando los médicos entran en contacto con la parte interna de nuestro organismo, cualquier bacteria que puedan tener en sus manos puede causarnos una enfermedad grave o incluso la muerte. Es por ello que, para que la vida del paciente no corra un peligro extra, antes de operar tienen una rutina de antisepsia o desinfección... porque es imperativo que estén libres de gérmenes y bacterias.
La humanidad también está plagada de una bacteria mortal que pone nuestra vida en peligro. Fue por eso que Dios, para preservarnos la vida, diseñó una rutina de antisepsia que acabara con esa bacteria que amenaza con cobrar nuestra vida. ¿Para qué? Para que así podamos tener la oportunidad de vivir una vida plena ahora y por la eternidad.
Para entender esto, veamos primeramente lo que dice la Biblia en el evangelio de Juan:
«En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado» (Jn 7:37-39).
Fuente. Algunos tratan de saciar la sed del alma con cosas materiales, como por ejemplo: vino, drogas, vacaciones, lujos, trabajo, deportes, espectáculos, etc. Pero el vacío interior en nuestro espíritu, solo se sacia con Dios mismo, en la persona de Jesucristo. Jesús enseñó sobre este tema al pasar por Samaria. Dice la Biblia que, estando cansado, Jesús se sentó junto al pozo de Jacob (Jn 4:6).
Vino entonces una mujer samaritana a sacar agua del pozo. Jesús le dijo:
«Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; más el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna» (Jn 4:13-14).
La samaritana no entendió esto de que, al beber el agua que Jesús nos da llegamos a tener una fuente de agua en nuestro interior.
¿Cuál era la necesidad de la mujer samaritana?
Llega una mujer de Samaria a sacar agua. Jesús le dice: "Dame de beber". Pues sus discípulos se habían ido a la ciudad a comprar comida. ... Jesús le respondió: "Todo el que beba de esta agua, volverá a tener sed; pero el que beba del agua que yo le dé se convertirá en él en fuente de agua que brota para la vida eterna".
¿Que nos enseña la historia de la mujer samaritana?
La samaritana del agua que le quitaría la sed y Jesús del agua que le daría la vida eterna. ... Este pasaje, lo que nos quiere decir en realidad, es que todo el que se acerque a la fuente de agua pura, que es Cristo, tendrá vida eterna.
La peña de Horeb. En esa fiesta, la más importante de todas las fiestas judías, la presencia de Dios se manifestaba en medio de ellos con gran alegría; y los judíos recordaban que en el desierto habían bebido de la roca partida, de la roca herida milagrosamente, en Horeb (Ex 17:1-6; Nm 20:1-13). [Peña: Véase: 3]
Esta peña ha sido encontrada. Es muy alta. Tiene más de 18 m de altura. La Biblia dice:
«Hendió las peñas en el desierto, y les dio a beber como de grandes abismos» (Sal 78:15).
¿Qué es «hendir»? Hendir es partir, pero de una forma especial: es cortar un cuerpo sólido haciendo una abertura estrecha y larga. ¡Y exactamente eso es lo que se puede ver en la peña de Horeb! Además, en esa peña se nota que, desde el centro, en su parte inferior, bajó una corriente de agua que provocó la erosión, el desgaste, de la roca por el roce del agua.
Esto es muy notable teniendo en cuenta que, esa roca está en un desierto, en Arabia Saudita.
¿Cómo recibir el agua del Espíritu Santo?
1 – Jesús dijo: «Si alguno tiene sed venga a mí y beba»; y
2 – Dios reveló que, para que la copa reciba el derramamiento del agua tiene que estar sobre el altar. Entonces, para beber de Jesús tenemos que
- subir al altar, es decir, consagrar, entregar nuestras vidas; y luego, luego,
- recibir, beber de Jesús por la fe, creyendo que nuestro gran Sumo Sacerdote derramará sobre nosotros las aguas del Espíritu Santo.
Isaías 55:1






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