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Miren quien nacio el 25 de Diciembre,no fue Jesucristo,fue Nimrob.

 









 Nimrod, Semíramis y Tamuz, enseña que Nimrod nació precisamente el 25 de diciembre. Dicho hombre se unió con su madre que se llamaba Semíramis, de esta unión nació un hijo que se llamó Tamuz. Cuando Nimrod murió, su «madre-esposa» fue quien lo sepultó. Pero Semíramis quiso mantener el poder en Babilonia y afirmó que Nimrod había ascendido al cielo y se había convertido en el sol. Desde este momento, el culto al sol se transformaría en el más antiguo del mundo.

Pero la historia no terminaría ahí. Al paso del tiempo creció un árbol en donde Nimrod había sido sepultado. Semíramis comenzó a enseñar que su «hijo-esposo», había encarnado en ese árbol y cada día de su natalicio visitaba su tumba y llevaba un sinnúmero de dones, colgándolos en ese árbol. Esta doctrina se propagó por todos los pueblos, siendo uno de ellos Babel y la tierra de Sinar, que posteriormente se llamó Babilonia. De esta forma vino a existir el «árbol» del natalicio de Nimrod. Según dicha enseñanza, lo que hoy se hace en el mes de diciembre es recordar indirectamente el nacimiento de este hombre que fue un malvado y pecador.  

En el solsticio de invierno (que por cierto es el 21 de diciembre, no el 25), el árbol sagrado era cortado en memoria de la muerte de Nimrod y decorado, como un rey se adornaría. Así que, el árbol representaría a Nimrod y decorarlo es un símbolo de adoración al dios pagano.

Pero la trama de esta leyenda no concluye ahí. Una vez en el poder, Semíramis quedaría embarazada y afirmaría que los rayos del sol habían concebido al hijo que esperaba (una imitación de la concepción virginal de Cristo), y cuando nació, Semíramis afirmó que su hijo Tamuz era la reencarnación de su esposo Nimrod. Tamuz habría nacido exactamente en el solsticio de invierno, el 25 de diciembre en el calendario babilónico. Semíramis y Tamuz serían adorados como dioses, y con ello se instauraría uno de los cultos más antiguos de la humanidad, el culto a la madre y al hijo. Con el tiempo, Semíramis sería adorada como “Ishtar”, diosa de la fertilidad, y proclamada como “la reina del cielo”.

Así pues, según estos teóricos evangélicos de la conspiración, la Navidad es un invento macabro ideado en el mismo infierno para llevar a muchos hacia la adoración disimulada al Sol (Nimrod), a Tamuz (según ellos hijo de Nimrod y Semíramis) y a Ishtar (Semíramis), dioses paganos. Tal forma de pensar cuenta con muchos adeptos entre los evangélicos, principalmente latinoamericanos, así como en sectas como los testigos de Jehová, los cuales niegan la encarnación de Cristo, la segunda persona de la Trinidad. También puede observarse tal enseñanza en algunos grupos cristianos judaizantes, los cuales buscan etiquetar como pagano todo aquello que no sea judío en su origen.

Es de por sí evidente que toda esta enseñanza, de principio a fin, se basa en suposiciones, mitos e interpretaciones de mitos antiguos. Nimrod apenas es mencionado en la Biblia, Semíramis simplemente no aparece en el texto bíblico y el nombre Tamuz es mencionado una sola vez en los profetas, sin conexión alguna con los otros dos personajes. Esto resulta contradictorio viniendo del sector evangélico, el cual dice basar únicamente en la Biblia sus enseñanzas. La biblia, en cambio, nos manda no fundamentar nuestras ideas y doctrinas en los mitos:

“Llegará el tiempo en que la gente no escuchará más la sólida y sana enseñanza. Seguirán sus propios deseos y buscarán maestros que les digan lo que sus oídos se mueren por oír. Rechazarán la verdad e irán tras los mitos. Pero tú debes mantener la mente clara en toda situación.” (2 Timoteo 4:3-5, Nueva Traducción Viviente).

“Cuando partí hacia Macedonia, te rogué que te quedaras ahí en Éfeso y que frenaras a esas personas cuyas enseñanzas son contrarias a la verdad. No dejes que pierdan el tiempo en debates interminables sobre mitos y linajes espirituales. Esto solo conduce a especulaciones sin sentido alguno, que no ayudan a que la gente lleve una vida de fe en Dios” (1 Timoteo 1:3-4, Nueva Traducción Viviente).

“Pero nada tengas que ver con las fábulas profanas propias de viejas. Más bien disciplínate a ti mismo para la piedad” (1 Timoteo 4:7, La Biblia de las Américas).

“Repréndelos con severidad para fortalecerlos en la fe. Tienen que dejar de prestar atención a mitos judíos y a los mandatos de aquellos que se han apartado de la verdad” (Tito 1:13-14, Nueva Traducción Viviente).

“Porque cuando os dimos a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo, no seguimos fábulas ingeniosamente inventadas, sino que fuimos testigos oculares de su majestad” (2 Pedro 1:16, La Biblia de las Américas).

Esto debería ser aleccionador para los creyentes evangélicos que han fundamentado toda una doctrina anti navideña en puros mitos, leyendas, fábulas y cuentos paganos. Tristemente, muchos prefieren ignorar las palabras arriba mencionadas. Entender como surgió este modo de pensar nos ayudará a entender los errores de este.




¿QUIÉN ERA REALMENTE SEMÍRAMIS?

I.- LA SEMÍRAMIS MITOLÓGICA:

Según una de las muchas leyendas, Semíramis fue hija de una diosa siria llamada Derceto, de rostro de mujer y cuerpo de pez, que la abandonó en el desierto para que pereciese. Unas palomas la cuidaron y alimentaron y un pastor llamado Simas la recogió. Años después, fue la fundadora del reino babilónico. Cuando tuvo la edad suficiente se casó con Oannes, oficial de Nino y gobernador de Siria, a quien siguió en la campaña emprendida por aquel monarca. Determinó por su valor la toma de Bactres y poco tiempo después se casó con el mismo Nino, de quien se libró más tarde haciéndole asesinar. Dueña absoluta del imperio asirio, fundó o reedificó en los pantanos del Éufrates la más bella y célebre ciudad de Oriente y del mundo, Babilonia, a la que rodeó de muros y de fortificaciones inmensas y adornó con palacios suntuosos y jardines colgantes que se han colocado entre las maravillas del mundo. Enseguida, dieron comienzo sus famosas conquistas y las expediciones que parecían una marcha triunfal a través de Asia. Media, Persia, Armenia y Arabia, países ya subyugados por Nino pero que habían recobrado su independencia, fueron sometidos de nuevo. Poco tiempo después incorporó a su reino Egipto, Libia y toda el Asia hasta el Indo, y después de un reinado glorioso de cuarenta y dos años renunció a la corona en favor de su hijo Ninias, que se lo disputaba, y desapareció del mundo, siendo transportada al cielo en forma de paloma.


II.- LA SEMÍRAMIS HISTÓRICA:

Es difícil decidir si Semíramis fue leyenda o realidad, pero lo cierto es que la mayoría de los historiadores especialistas en Asiria y Babilonia conceden a la reina un lugar preponderante entre los personajes históricos, remontando su reinado al siglo IX a. C. De acuerdo con estas doctas opiniones, primero habría existido la mujer, que pasaría después a ser divinizada. Sus hazañas, al menos en parte, son legendarias, pero existió una reina asiria llamada Shammuramat (Semíramis), esposa de Shamshi-Adad V, y a la muerte de su esposo fue regente en nombre de su hijo. Sus victoriosas campañas militares, y el hecho poco común de que fuera una mujer quien gobernara tan vasto imperio, hizo surgir en torno a su nombre el adorno de mil leyendas. Las excavaciones arqueológicas recientes nos permiten conocer un poco sobre su historia. Semíramis nació en Ascalón, que era una ciudad situada en la costa mediterránea en la zona sirio-palestina. Sobre sus padres y su nacimiento existen numerosas leyendas, que no merecen la pena contar porque todas responden a fábulas. Su nombre Semíramis viene de un término asirio que significa “paloma”.

En la ciudad asiria de Asur, que había sido capital de Asiria se descubrieron una serie de estelas que nos aportaran datos muy importantes para conocer la vida de Semíramis. En una de ellas, dice “Sammuramat, dama del palacio de Samsi-Adad, rey del universo, rey de Asiria, madre de Adad-nirari, rey del universo, rey de Asiria, nuera de Salmanasar, rey de las cuatro regiones”. Gracias a esta estela podemos fijar con precisión cronológica la vida de Semíramis. Fue la esposa del rey asirio Samshi Adad IV que gobernó del 823 al 811 a.C. Semíramis fue la madre de Adad-nirari que gobernó del 810 al 783 a. C.

Hay otra estela dedicada al rey asirio Adad Nirari III, al Dios ADAD, donde se puede concluir que durante los cuatro primeros años de su reinado 810-807 a. C Semíramis había actuado como regente, pues el rey se encontraba en expediciones militares. El que una mujer fuera regente, es muy importante, pues no había hasta ese momento una mujer que hubiera detentado el poder, siendo la primera que de una forma documentada posee el poder y que además lo hace por un espacio de tiempo prolongado. Sin embargo, parece ser, que el papel de Semíramis en Asiria fue muy escaso a pesar de las abundantes leyendas existentes. En aquella época histórica en Asiria, el poder real era ejercido por los hombres, pues la reina no era más que una mujer asociada, por matrimonio o maternidad a los reyes.

A Semíramis se le atribuyó la construcción de la fabulosa ciudad de Babilonia. La realidad nos indica que no fue así. Si seguimos a Beroso, un sacerdote greco-babilónico del siglo III a.C., en su libro “Historia Caldea” criticó a los escritores griegos por creer erróneamente que Babilonia fue fundada por Semíramis de Asiria, y “por haber cometido el error de escribir que esas maravillosas obras fueron construidas por ella”. Todos los estudios arqueológicos y epigráficos actualmente desarrollados nos dicen que la fundación de la última ciudad de Babilonia fue obra de Nabucodonosor II en el siglo VI a. C., es decir, casi dos siglos después de la vida de Semíramis.

Los descubrimientos arqueológicos desvirtúan también el mito creado por Hislop de que Semíramis era esposa de Nimrod, ya que Nimrod vivió (de acuerdo con el registro bíblico) entre el año 1480 a. C. y el 1450 a. C., mientras que Semíramis, la real e histórica, fue la esposa del rey asirio Samshi Adad IV que gobernó del 823 al 811 a.C. varios siglos después. Además, Semíramis tampoco fue la madre de Tamuz. El hijo de Semíramis fue Adad-nirari que gobernó del 810 al 783 a. C., mucho tiempo después de lo que pretende Hislop en su obra. Nimrod y Semíramis jamás se conocieron.

EL NIMROD BÍBLICO Y EL MITOLÓGICO

Nuestro segundo personaje es Nimrod. La mención que en la Biblia se hace de Nimrod es bastante limitada; sin embargo, sobre un cimiento tan pobre se ha edificado una complicada mitología evangélica. Como ya se mencionó, Moisés, autor del libro del Génesis, sitúa a Nimrod entre el año 3480 a. C. y el 3450 a. C. Es descrito como hijo de Cus, nieto de Cam, bisnieto de Noé; y como «el primer poderoso en la tierra» y un «vigoroso cazador delante de Jehová» (Génesis 10:8-9). De Nimrod se dice que fue el fundador del primer reino formado después del Diluvio universal y, por ende, el primer rey que existió. El Génesis señala que edificó Babel, Erec, Acad y Calne en la región sur de Mesopotamia, y Nínive, Resén, Rehobot y Cala en el Norte (Génesis 10:10-12). Aunque la Biblia no lo menciona directamente, la tradición ha considerado a Nimrod como el constructor de la Torre de Babel, pero esto no puede ser probado por fuentes bíblicas. Dado que la torre fue edificada en su territorio y durante su reinado, se asume que fue bajo su dirección que la construcción se inició (Génesis 10:10-12), lo cual no dice el texto bíblico. Para peor, las fuentes extrabíblicas señalan lo contrario, alegando que Nimrod no se encontraba en la región de Sinar cuando la construcción comenzó. También se menciona en 1 Crónicas 1:10 y en Miqueas 5:6.

De acuerdo con tradiciones hebreas, Nimrod era descendiente de Mizraim por línea materna, pero su padre fue Cus hijo de Cam, de quien heredó su primera posesión territorial, que pronto extendió. Su nombre se volvió proverbial como un poderoso cazador en oposición a YHWH. Josefo escribió:

“…Fue Nimrod quien los incitó a tal afrenta y menosprecio hacia Dios. Él era un nieto de Cam, el hijo de Noé, un hombre atrevido y de gran fortaleza de manos. Los persuadió de que no le atribuyeran a Dios, como si fuera por medio de él que habían obtenido felicidad, si no a creer que fue su propio esfuerzo lo que les alcanzó esa felicidad. Fue cambiando gradualmente su gobierno en una tiranía, al no hallar otra manera de apartar la gente del temor de Dios, que induciéndolo a una tonta dependencia de su poder… Ahora la multitud estaba más que lista para seguir la determinación de Nimrod, y a considerar una muestra de cobardía el someterse a Dios; y construyeron una torre, sin reparar en dolor, ni siendo en lo más mínimo negligente con el trabajo: y, a causa de la multitud empleada en ello, creció muy alta, más rápido de lo que ninguno hubiera esperado; pero su anchura era tal, y estaba tan fuertemente construida, que a pesar de su gran altura parecía, a la vista, ser menor de lo que realmente era. Fue construida con ladrillos cocidos, pegados con mezcla hecha con brea, de manera que no permitiera el paso del agua. Cuando Dios vio que actuaron tontamente, Él no quiso destruirlos completamente, puesto que no crecieron más sabios por la destrucción de los pecadores anteriores; pero Él causó un tumulto entre ellos, produciendo en ellos idiomas diversos, y causando con esa multiplicidad de idiomas, el no poderse entender unos con otros. El lugar donde construyeron la torre ahora se llama Babilonia, debido a la confusión de esa lengua, la que entendían fácilmente antes; y para los hebreos por la palabra Babel, confusión…” (Josefo, Antigüedades Judías).

En cuanto a la muerte de Nimrod, una tradición extrabíblica sugiere que a Nimrod lo mató un animal salvaje. Otra leyenda afirma que Sem lo mató por hacer que la gente adorara a Baal. Luego descuartizó el cadáver y repartió sus pedazos para desalentar a otros idólatras. Pero su mujer recogió los pedazos y los unió, y luego proclamó que había vuelto a vivir, pero que se había convertido en un dios, muy parecido a la leyenda de Isis y Osiris en la mitología egipcia. Hay otra mención de Nimrod que está en el libro apócrifo de Jaser 27:7, que atribuye su muerte a Esaú (nieto de Abraham), quien supuestamente lo decapitó.

Los mitos y leyendas alrededor de Nimrod son muchos. Algunos de ellos lo colocan viviendo al mismo tiempo que Abraham, en franca contradicción con el texto bíblico, pues la Biblia no menciona ningún encuentro entre Nimrod y Abraham. Tal cosa es poco probable, pues hay una diferencia de siete generaciones entre ellos. Abraham nació alrededor del año 2000 a. C., mientras que Peleg, de quien menciona la Biblia nació poco después de que Dios confundiera las lenguas en la Torre de Babel (Génesis 10:25), nació unos 200 años antes que Abraham. Nimrod era bisnieto de Noé, en tanto que Abraham está separado de Noé por diez generaciones (Génesis 10:11). Sin embargo, tradiciones judías tardías los ponen enfrentándose. Estas tradiciones aparecen por primera vez en los escritos de Pseudo-Philo (Van Der Toorn y Van Der Horst 1990, p. 19), continúa en el Talmud y va a través de escritos rabínicos de la Edad Media, y aún en nuestros días, rabinos contemporáneos siguen añadiendo a estas tradiciones. En general, estas versiones presentan a Nimrod como un hombre opuesto a Dios. Algunas señalan que se autoproclamó un dios y que fue adorado por sus súbditos. En algunas ocasiones su leyenda se entremezcla con la de Nino, el mítico fundador de Nínive.

En relación con Abraham, cuentan las leyendas que una señal en los astros anunció a Nimrod y a sus astrólogos el nacimiento de Abraham, quien pondría fin a la idolatría. Así que Nimrod ordenó matar a todos los niños recién nacidos. Sin embargo, la madre de Abraham escapó y dio a luz secretamente. Algunas versiones la sitúan dando a luz en el campo, donde pasta el ganado, otras, en un establo. Al crecer Abraham se enfrentó a Nimrod y le instó a que desistiera de su idolatría, por lo que Nemrod mandó que fuera quemado. Algunas versiones dicen que se recogió madera durante cuatro años para quemar a Abraham en la hoguera más grande que jamás se hubiera visto. En todas las leyendas Abraham es echado al fuego y sale caminando. En algunas versiones, Nimrod entonces declara la guerra a Abraham. Nimrod se presenta mandando un enorme ejército, pero Abraham trae un ejército de insectos que destruye el de Nimrod. Algunas versiones dicen que un mosquito entró hasta el cerebro de Nimrod volviéndole loco (lo mismo dice la tradición judía que sucedió con Tito, el emperador romano que destruyó el Templo de Jerusalén).

En algunas versiones Nimrod se arrepiente y acepta a Dios, ofreciendo cuantiosos sacrificios, que Dios rechaza. Otras versiones dicen que Nimrod dio a Abraham, como obsequio de reconciliación, el siervo Eliezer, de quien algunas versiones dicen era el propio hijo de Nimrod. Sin embargo, en la Biblia se dice que Eleazar era de Damasco, ciudad siria, y no de Asiria ni de Babilonia, territorios sobre los que gobernó Nimrod. En suma, las leyendas judías sobre Nimrod son abundantes y contradictorias (algunas imitan situaciones que aparecen en otros lugares de la Biblia), pero casi siempre citan a Abraham como su principal antagonista. La misma confrontación se presenta extensivamente en el Qur’an islámico. Pero ya sea que lo presenten como arrepentido al final o no, Nimrod permanece en la tradición hebrea e islámica como un personaje malvado emblemático, y un arquetipo de idolatría. En los escritos rabínicos, incluso los de hoy en día, se hace referencia a él casi invariablemente como «el malvado Nimrod» (en hebreo, נמרוד הרשע‎), y para los musulmanes es «Nimrod al-Taghi» (Nimrod el tirano).



Muchas de las leyendas y antiguas tradiciones que hacen referencia al árbol de Navidad se remontan a tiempos muy antiguos, pero la documentación histórica acerca del árbol tal y como lo conocemos y decoramos hoy en día, sólo apareció en los últimos siglos.

No hay duda, sin embargo, que estas leyendas y tradiciones muestran la convergencia de muchas costumbres, algunas de ellas nacidas fuera de la cultura cristiana y otras de origen estrictamente cristiano. Vamos a considerar aquí algunas que podrían ser precursoras del árbol de Navidad.


OBRAS TEATRALES RELIGIOSAS MEDIEVALES

También ofrecen pistas importante sobre el origen del árbol de Navidad, tal como lo conocemos, las obras de teatro medievales que representaban los misterios y pasajes de la Biblia.

El árbol de Navidad - sus orígenes y sentido cristiano 3

Árbol de Navidad

En concreto el árbol del Bien y del Mal en el Paraíso Terrenal. Su propósito era enseñar la religión a los feligreses, que en su mayoría eran analfabetos. Para difundir y mantener viva la fe y dar a conocer las Sagradas Escrituras, la predicación era esencial, pero no suficiente.

Se pensó que las obras teatrales completaran esa predicación y pronto se hicieron populares en toda Europa. En la Nochebuena, el 24 de diciembre, se representaba -con grandísimo éxito popular- el episodio del pecado original de Adán y Eva. El árbol del Paraíso terrenal era el centro del escenario.

El árbol debería haber sido un manzano, pero no habría sido adecuado en invierno. Se ponía un abeto en el escenario con algunas manzanas en sus ramas, y obleas preparadas con galletas trituradas en moldes especiales, así como dulces y regalos para los niños. Incluso cuando se abandonaron estas obras teatrales religiosas, el árbol del Paraíso siguió estando asociado a la Navidad.




La elección del 25 de diciembre como fecha de la Navidad es una elección intencional para facilitar la conversión de la población romana al cristianismo.


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